miércoles, 19 de noviembre de 2014

Nueva Zelanda: felicidad extrema




Aeropuerto de Wellington


¿Tres semanas sólo? ¿No sería mejor más tiempo?

Claro que sí, un par de años ya me tiraba, pero aún no he encontrado mecenazgo para vivir viajando. ¡Atención! Si me quieres patrocinar, este es un buen momento, ¡rápido, que he comprado lotería y podrías perder tu oportunidad!


¿Y cuánto tardas en llegar? ¿Merece la pena?

Cerca de 40 horas. SÍ, SÍ MERECE LA PENA. Y si se tardase 40 horas más, también.

Salvo que no te gusten las montañas soberbias, los lagos de espejo, las colinas en verde rabioso, las selvas con nieve, los volcanes, las focas, los pingüinos. Tampoco es apto para gente con poca imaginación: encontrarse con topónimos escoceses que se mezclan con maoríes para describir cordilleras de película o valles encantados puede provocar cierta confusión mental, similar a la que te pueden originar esos pueblos al estilo del salvaje oeste pero con nombres como Whagamomona y helechos gigantes como palmeras asomando tras las casas de madera. Una confusión mental que siempre podemos atribuir a estar cabeza abajo... Estamos en las antípodas, ahí exactamente, en el quinto pino, lo más lejos que se puede llegar desde la península ibérica (hasta que oferten billetes asequibles al espacio).

Esbozado el porqué, vamos al cuándo, cómo:

Cuándo: en nuestro caso, en septiembre, que es su invierno. Sin miedo: lloverá (mucho, llueve muchísimo), nevará, hará frío, pero también saldrá el sol y no habrá que reservar nada con antelación. Si la idea es hacer sí o sí alguno de los nueve New Zealand´s Great Walks, la cosa cambia, y toca ir en su verano, reservar con muchísimo tiempo y aún así, cruzar los dedos, porque la lluvia y la nieve pueden aparecer en cualquier momento. En este viaje me he ganado el apodo de "inasequible al desaliento": ¿que está jarreando y queremos hacer una excursión por el Abel Tasman National Park? No importa, seguro que mañana sale el sol. Y si no, hacemos otra cosa. ¿Que estamos en Tongariro y hay un tormenta de nieve? Pues nos vamos a Rotorua y en esa ventana de buen tiempo que dice en esta web que va a haber mañana, volvemos. Lo dicho, inasequible.

Cómo: en campervan (autocarava), un gran descubrimiento para mí. Soy una ignorante absoluta de este mundo de las casas sobre ruedas, pero no sé si en muchos sitios habrá la variedad de marcas y modelos  de que disfrutan los neozelandeses. Tampoco están escasos de facilidades; a pesar de ser un país muy poco poblado, sobre todo la isla sur, nunca tuvimos problema para encontrar lugares donde poder hacer cambios de depósitos. Sin embargo, la utopía de "dormir donde uno quiere" habría que matizarla: en el camping que se quiera, sí, en cualquier otro sitio, casi imposible. Pernoctar fuera de los campings está prohibido en todo el país, muy comprensiblemente, ya que Nueva Zelanda cuida con mucho mimo su medio ambiente. Aún así, en temporada baja, se mantiene esa sensación de libertad, de poder parar donde apetezca, de disfrutar de un paisaje espectacular mientras se toma un chocolate caliente dentro de la camper, desayunar con vistas a un lago y dormir bajo las estrellas, una sensación casi impagable (por unos 15 o 20  euritos al cambio, hay campings en todas partes).

Notas útiles:

-a dónde volar: las autocaravanas sólo se alquilan en Auckland (isla norte) y Christchurch (isla sur), por lo que lo más práctico será que volemos directamente a una de esas ciudades. No anduvimos tan espabilados y reservamos billete a Wellington antes de haber decidido qué hacer, así que tuvimos que pillar un avión más a Christchurch. Los vuelos internos son muy baratos y aprovechamos para conocer Wellington, sin duda compensó.

-con quién alquilar: indagando por internet nos topamos con nzviajes, una agencia de Madrid que nos daba un 60% de descuento sobre los precios que nos ofrecían las agencias neozelandesas, e incluso cubrían el trayecto en ferry de una isla a otra. Confieso que, con grandes dudas, reservamos con ellas, y sí, el precio era el que era, la caravana nos estaba esperando en Christchurch, el billete del ferry no era del monopoly, un 10!! Además nos asesoraron en todo lo que les preguntamos, y puedo asegurar que preguntamos mucho. También se pueden encargar de hacer las reservas de los vuelos, en nuestro caso ya los habíamos comprado.

-comida: poco que contar de restaurantes porque, como es lógico, casi todas las comidas las hicimos en la campervan. Nos suponíamos que el primer día estaríamos en estado semi comatoso después de tanto avión, por lo que reservamos con holidaygroceryboxes para que nos hicieran la primera compra de suministros y nos lo dejasen ya en la autocaravana cuando fuésemos a recogerla. Puede que salga algo más caro que hacer la compra uno mismo, pero lo recomendamos 100%, comida de calidad y abundante, incluido algún extra de regalo.

-recorrido: es complicado tener que elegir, siempre, pero aquí, duele. Empezamos por la isla sur básicamente porque salía mucho más barato recoger la campervan en Christchurch y entregarla en Auckland. El orden de las paradas fue: monte Aoraki/Cook, península de Otago, Te Anau, Wanaka, glaciar Fox, Hokitika, Abel Tasman National Park, Bulls (lugar perdido de la geografía neozelandesa, nada que comentar), Tongariro, Rotorua y Orere Point (otro lugar elegido al azar). En la mayoría de los sitios pasamos dos noches, para poder disfrutarlo y no pegarnos demasiadas pechadas de carretera. Una ayuda impagable fue el pronóstico del tiempo: aunque en Bilbao decimos que llueve mucho, lo de Nueva Zelanda es otro nivel. Como dicen ellos, en algunas zonas, como en los Alpes neozelandeses, llueve 200 días al año y el resto está nublado. Así que haya que hacer alguna que otra virguería para perseguir los claros.

-conducir: por la izquierda, una autocaravana, bufff... Pues nada, no es para tanto. Las carreteras están muy bien cuidadas, cosa necesaria, porque con tanta agua los desprendimientos son más que frecuentes, pero no encontramos ninguno que no estuviese señalizado con suficiente antelación y/o ya lo estuvieran resolviendo. El tráfico es entre escaso y nulo. Cuando lo haya, parece ser norma local que los vehículos pesados nos apartemos para dejar pasar a los ligeros. A la segunda o tercera vez que te pitan, lo pillas.

Cara de extrema concentración: la idea es cruzar por un puente de un solo carril, sin caerse al río ni rozar los bordillos. 

-idioma kiwi: sí, todo lo que hayáis podido oír sobre su peculiarísima forma de expresarse en el idioma de Shakespeare es cierto. Yo no soy bilingüe, pero he lidiado con acentos múltiples, incluidos escoceses (y franceses intentando hablar en inglés), y ha sido la primera vez que pedía, por favor, que me hablasen más despacio. En el lado opuesto está esa gente, sin duda bienintencionada, que te habla como a los tontos y gritando, porque ya sabemos que, gritando, se entiende mejor. En cualquier caso, es entretenido, da para unas cuantas anécdotas y unas risas, y siempre hay alguna forma de hacerse entender.


Cuántas cosas más podría contar... Los pájaros y sus extraños cantos, los escenarios de El Señor de los Anillos, la nieve, los scones recién hechos en un café de carretera, saca foto, párate aquí, qué chulo, graba, para otra vez, qué pasada...Si ya lo dice el título, felicidad extrema.


El monte Cook/Aoraki desde el lago Tekapo

Monte Cook/Aoraki desde el glaciar Hooker

No hay trampa, es así de fantástico


Bostezo de león marino


Perdiendo el respeto a los leones marinos




Milford Sound


Pingüino de ojos amarillos


Pingüinos azules



Abel Tasman National Park



Abel Tasman National Park




Bosque de helechos en Abel Tasman NP








Cascada en volcán Taranaki





Focas en plena pelea








Paisaje en la Forgotten World Highway






Geyser Pohutu en Rotorua






Glaciar Fox








Hobbiton









Kea










Lago Wakatipu









Tongariro NP











Tongariro NP










Volcán Taranaki









Danza maorí



Un par de fotos más, aquí



1 comentario:

  1. 素敵な旅の写真たっぷりのブログ、ありがとうー!プレの森より

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