viernes, 18 de octubre de 2013

Del fulgurante invierno al esplendor del otoño

Así ha sido. En unas horas, los bosques espléndidos de color otoñal se cubrieron de blanco; y, en unas horas, la nieve se va derritiendo y reaparecen, al menos hasta que la victoria sea definitiva, los ocres, rojos, en miles de matices, y no doy abasto a parar, a respirar, a retener esos tonos de alguna forma que sea aún más perenne que el jpg.

Tras este preludio con final digital, vamos al monte. Se trataba de subir (¡ja!) al Asahidake. Primero en el funicular y luego a tracción humana. Imposible, infranqueable, al menos si no quería salir en las noticias. Nieve hasta el cuello, hielo, bruma, una locura sin el material adecuado y en solitario. De consolación, un bonito paseo circular para ver unas fumarolas, porque, como muchos montes de Japón, el Asahidake es un volcán. Las fumarolas por sí solas ya se merecían el precio del funicular (2800 yenes ida y vuelta, un poco sablazo) y hundirse un par de veces hasta la cintura, que por nieve hoy no habrá sido (una gozada, sólo me ha faltado un trineo).

 

Comprobando la maquinaria del funi

 

Vistas hacia abajo

 

Si parece que clarea y toto

 

¡Vaya!

 

Las bajo cero en punto

 

 

 

 

Un rayo de sol

 

Primeras fumarolas

 

Ahí estás, Asahidake, te apunto en la lista

 

Fumarolas a todo gas (chiste fácil, lo siento)

 

Chupitel estilo gancho
Por si queda algún oso despierto

Hablando de osos, he caído en la novatada y me he comprado el cascabel. Lo he llevado colgando un rato de la mochila, hasta que me ha podido el ridículo... Nadie llevaba cascabel, quizás esa zona no es de paso de úrsidos. Hasta con la niebla se les vería a la legua, en un paisaje tan blanco.

Al final, lo dicho, he empezado a subir un poco hacia la cumbre, pero no, me veía en los periódicos. Y no es plan, ya habrá otros montes que se dejen sin ponerlo tan difícil. Otra vez será.

 

Dudando entre pasar el resto del día a remojo o investigar más opciones, he encontrado una que parecía factible: bajar a Asahikawa a visitar el museo ainu. Era la misma carretera por la que había subido el primer día, y, en medio de la tormenta de nieve, me pareció vislumbrar colores otoñales; no estaba muy segura, porque el temporal no me permitía poner atención más que a la carretera.

Pero mira, hoy sí, hoy los he visto bien a gusto. Un auténtico desparrame de otoño.

 

Sobre el pueblo ainu, un par de datos: que apenas quedan 25.000 individuos que puedan asegurar que tengan parte de ainu, que la cultura y el idioma están prácticamente extintas a pesar de los esfuerzos para revitalizarlas y que se decía que eran "blancos" (simplemente, eran diferentes de los asiáticos más cercanos, lo que facilitó el racismo). Desaparecieron como pueblo, y muy rápidamente, con la ayuda de una legislación que buscaba la asimilación, con la consecuente pérdida de su identidad. Cualquier desaparición de una cultura, de un idioma, es una desgracia para toda la humanidad. De ahí que me interese por los ainu, sin que eso evite el sentimiento de tristeza, la sensación de que es más un reclamo turístico que una auténtica sociedad. O me equivoco de pleno, no soy historiadora ni antropóloga, mis datos son la simple observación.

Algunas fotos del museo ainu de Asahikawa:

Reconstrucción de vivienda tradicional
Interior de la vivienda
Familia ainu
Embarcación
Retrato de mujer ainu

Mañana, por fin, me voy del Daisetsuzan Shirakaba Sou Youth Hostel. "Por fin" no por mi, que estoy más que contenta, se come muy bien, mi habitación de tatami es genial, el rotenburo también... Pero desde el mismo momento en que llegué, lo primero que me dijeron era que podía cancelar sin ningún problema e irme cuando quisiera, ya que, debido al temporal, tal vez no podría hacer lo que tenía pensado. Bien, la primera vez me pareció correcto, la segunda, extraño, y cuando me han dicho que mejor me voy mañana sin desayunar, porque si no, puede que no llegue a tiempo a Kussharo, ya me ha parecido excesivo. De los tres días que he estado, dos de ellos he cenado y desayunado yo sola, porque no había más huéspedes. Pues mala suerte, pero yo no me voy sin desayunar.

2 comentarios:

  1. Es una lástima lo de los Ainus. Hace poco leí que en contra de lo que pensaban hace tiempo (que eran raza de origen caucásico), ellos son los "auténticos" Japos. Digamoslo así. Los de genética mas antigua de la isla. El resto, vino a través de la mezcla con una colonia Coreana que llegó a Japón. Pero supongo que es algo que a algunos no les mola aceptar. (Se ha sabido a través de estudios genéticos).

    Bueno dejando de lado la parte historica/racial...Que pasaijes mas chulos!!! tanto los de nieve como los colores otoñales ^_^
    Yo tengo muchas ganas de volver para ver el momiji!

    Que mal rollito lo del hotel,no? :S no acabo de entenderlo...

    ResponderEliminar
  2. ¿No consigues partener para estas excursioncitas que siempre tienes que ir sola?
    Lo que hubiera molado que hubieras salido en los periodicas o en la tele, ahi explicando toda tu historia. A la vuelta te atarian a la pata de la cama y no te dejarian volver a salir.
    Por lo menos parace que aunque no has podido hacer todo lo que querias te has quedado agusto. Quizas salvo porque te querian echar del hotel jajaja

    ResponderEliminar